El proyecto Échame una pata promueve la adopción de los canes que tienen en el refugio.
Hecho por: Ever Landaverde
La presencia de perros en las calles es un desafío que no ha sido resuelto aún contando con una normativa que respalda el cuido de los animales en el país, en San Miguel por ejemplo, es normal ver a canes recorriendo las calles buscando desperdicios para poder alimentarse y sobrevivir.
Para algunos migueleños esos perros que deambulan en las calles no se abandonaron solos, hubo un humano que lo dejó a la intemperie, por tal razón coinciden en que deberían de haber programas que apoyen el rescate de los animales y poder ofrecerles un espacio seguro donde habitar. Lisa Sorto que transitan habitualmente por las calles de la catedral de San Miguel, mencionó que “los perritos no tienen la culpa de tener tantos dueños irresponsables, ellos no son conscientes de lo que hacen y solo buscan a sobrevivir”, haciendo alusión a cuando los canes buscan que comer entre la basura o en los puestos dentro o fuera del mercado.
Ante esta necesidad, movimientos sociales han visto la necesidad de liderar proyectos de rescate animal, como es el caso de Échame una pata, un proyecto en la ciudad de San Miguel que vela por el rescate y cuido de perros que están en estado de abandono para luego darlos en adopción, pues son creyentes en que los perros rescatados pueden encontrar una familia que los reciba.
Gabriela Araniva, Coordinadora de voluntarios y adopciones del refugio, expresó que “tenemos colaboradores quienes nos ayudan con la atención médica de los perritos, estos ya son practicantes de la carrera en veterinaria o también hay voluntarios que nos ayudan con la limpieza del refugio y otras actividades para tener un buen ambiente».
El proyecto ofrece un hogar temporal a los canes abandonados, los alimentan, limpian e incluso los tratan con veterinarios en formación si llegan con enfermedades, todo esto con la donación de personas altruistas que aportan desde alimento, implementos de limpieza u otros insumos para los perros dentro del refugio.
Comentó que como refugio le apuestan a la adopción de los animales que rescatan y comentó que el proceso para poder hacerlo es sencillo y que el requisito más importante es tener la voluntad y responsabilidad de cuidar aun canino.
Sostuvo que los perros que rescatan de situación de calle llegan con enfermedades comunes en la piel y de parásitos, otros llegan con golpes y con un estado anímico deplorable por el maltrato que sufren en las calles, por lo que deben dar tratamientos para poder recuperar en su salud y luego ponerlo en adopción para entregarlos en optimas condiciones a sus nuevos dueños.
“Nosotros le damos diferentes tipos de terapias a nuestros cachorros desde terapias con agua hasta la terapia emocional que no solo a las personas puede hacerse, esto es debido a los traumas que pueden desarrollar por diferentes situaciones ya sea porque el dueño les pegaba o si los tenían amarrados en algún lugar solitario”, mencionó Araniva.
Agregó que cualquiera que quiera ser voluntario en el refugio o donar algo para los canes pueden hacerlo llegando a sus instalaciones que se encuentran ubicadas cerca del rastro municipal de la ciudad y reciben las donaciones desde las 10:00 de la mañana hasta las 3:00 de la parte de lunes a domingo.
Hace más de un año la legislatura actual dio vida a la “Ley Especial de Protección y Bienestar Animal”, la cual tiene como objetivo garantizar el bienestar, la protección y el buen cuido de los animales de compañía y a los animales silvestres, reconociendo jurídicamente su calidad de seres vivos y sintientes, pero esa normativa no ha parado la presencia de animales abandonados en las calles del país.
Fotografías: Ever Landaverde