Por: Ever Landaverde
Estos emprendedores salen todos los días de sus casas para poder vender sus productos en diferentes rutas del transporte público.
Los vendedores ambulantes que se suben a los autobuses en El Salvador para ganar un poco de dinero son una parte intrínseca de la vida urbana en el país. Según datos recopilados por el Instituto Salvadoreño de Desarrollo Municipal (ISDEM) en 2023, se estima que alrededor del 20% de los vendedores ambulantes en El Salvador recurren a los autobuses como una plataforma de ventas.
Estos comerciantes ingeniosos aprovechan el flujo constante de pasajeros para ofrecer una variedad de productos y servicios. Algunos se especializan en alimentos como frutas picadas, tortas y jugos naturales, agua; mientras que otros ofrecen artículos como accesorios para el cabello, productos de limpieza o pequeños electrodomésticos.
La competencia es intensa, ya que varios vendedores pueden abordar el mismo autobús en un solo viaje. Esto ha llevado a una continua innovación por parte de los vendedores, quienes constantemente buscan destacarse y atraer la atención de los pasajeros. Algunos utilizan estrategias como cantar, usar frases ingeniosas, realizar demostraciones llamativas de sus productos o incluso contar chistes para entretener a los pasajeros y captar su interés.
Sin embargo, esta forma de comercio no está exenta de desafíos. Los vendedores ambulantes se enfrentan a una serie de dificultades, desde la falta de espacio para exhibir sus productos hasta la necesidad de equilibrar su seguridad y comodidad en un entorno en constante movimiento. Además, deben enfrentarse a cambios climáticos repentinos, como fuertes lluvias o altas temperaturas, que pueden afectar tanto sus productos como su propia salud.
Gilbert Mendoza, quien trabaja diariamente en la terminal de buses de San Miguel subiéndose en buses para vender agua expresó que “vengo desde las ocho de la mañana a estar vendiendo agua, más aquí en San Miguel donde el calor es insoportable, muchas veces se dificulta andar trabajando y te enfermas porque quiérase o no uno por tanto esfuerzo que hace puede decaer, pero las necesidades siempre están y es por esto que me esfuerzo para ganarme mis moneditas”, dijo el vendedor informal.
A pesar de estos obstáculos, los vendedores ambulantes en ruta persisten en su labor, muchos de ellos dependen de esta actividad para su sustento diario y el de sus familias.
Manuel Gutiérrez tiene 34 años de estar vendiendo diferentes productos en diferentes rutas de buses, mencionó que “desde los 10 años me he dedicado a la vida de vendedor en buses, lastimosamente no tuve la oportunidad de estudiar, nunca he tenido la oportunidad de un buen empleo porque ahora los negocios piden un montón de cosas para trabajar, con lo que gano en los buses logro sostener los gastos personales y también los de mi familia”.
Algunos incluso han logrado establecer relaciones a largo plazo con los conductores y pasajeros habituales, quienes se han convertido en clientes leales y han contribuido a su estabilidad económica.
A pesar de eso los vendedores informales lamentan no contar con oportunidades para poder emplearse de manera formal u optar por un negocio formal y no contar con beneficios de ley como seguro de salud, ahorro de pensiones u otros.