Tras un ataque con arma de fuego que le quitó su movilidad, Yanira López encontró en el crochet su nueva esperanza.
La historia de la joven migueleña Yanira López comienza hace 13 años, cuando delincuentes se infiltraron en su casa y le dispararon 3 veces en su cuerpo, ocasionándole la pérdida de su capacidad para caminar de manera permanente.
Con solo 16 años, una hija y toda una vida por delante, Yanira perdió su alegría y motivación, pues era un cambio drástico que la obligaría a adaptarse a una nueva versión de ella misma.
“Al principio cuando pasó el accidente, sentí que mi vida ya no valía nada y que no era lo mismo, desde que me dieron la noticia que no iba a volver a caminar, el mundo se me vino encima”, mencionó.
Fueron muchos años en los que se enfrentó a la depresión e incertidumbre que el incidente había dejado en su vida; sin embargo, hace 5 años emprendió en el mundo del croché, gracias a la ayuda de una amiga quien también padece una discapacidad.
A través del lenguaje de señas, Yanira se comunicaba con su amiga y ella le mostraba como hacer los bordados, también con videos en YouTube que le permitieron mejorar.
“Empecé a hacer pétalos de rosa, pero con tenedores, hice colitas y luego vi que me gustaba estar entretenida y lo que estaba haciendo me desestrezaba y me olvidaba del accidente y de mi problema”, aseguró López.
Es así como inició el negocio de Yanira, que ahora con 29 años puede cubrir sus gastos y los de su hija gracias al arte que aprendió con el croché, pues asegura que las personas buscan mucho su trabajo y admiran su capacidad.
“Gracias a Dios que toda la gente que ve mis productos les encanta, hay personas que me dicen que tengo mucha paciencia y la verdad si se requiere de mucha, pero cuando uno ama ese trabajo, poco a poco se hace más fácil”, expresó.
La emprendedora agradece a su mamá y su hermana quienes han sido pilares para ella desde un inicio y sobre todo a Dios que le ha permitido bordar un nuevo sueño a través de un gancho y un hilo.