Reclusas Salvadoreñas en fase de confianza quienes participan en granjas penitenciarias, manifiestan que no solo cultivan su libertad, sino que además es un proyecto de vida al salir de la cárcel.
Son 59 reclusas que se encuentran en la fase de confianza, en Izalco quienes laboran y viven en una granja penitenciaria a 60 kilómetros al occidente de San Salvador. El reclusorio cuenta con habitaciones y una guardería para las madres con hijos pequeños, en un espacio de 35 hectáreas las reclusas delegan funciones entre la cría y cuidado de animales y producción agrícola.
Con pantalón azul, suéter amarillo, un gorro o un pañuelo en la cabeza para protegerse del sol salen a trabajar al campo para cosechar chiles, tomates, repollos, pepinos, lechugas, maíz, frijol y hierbas aromáticas. Esta granja para unas es una manera de relajación y olvidarse de todo aquello que han dejado fuera como la familia. Además, cultivar o criar animales sirve como reducción a la condena de más reclusas, por cada día de trabajo su pena es menor a dos días.
“Me esperan mis hijos y mi madre. Primero Dios, pronto voy a recuperar mi libertad, cuando tenga mi libertad pienso ir a poner una granja de conejos», comentó Lizbeth Velado, de 33 años.
Para el actual Gobierno el trabajo en granjas se implementa bajo un nuevo programa que tiene como objetivo que “los privados de libertad cultiven, cocinen y consuman sus propios alimentos”, dijo Osiris Luna, director de centros penales. “Podemos llegar a ahorrar unos 10 millones de dólares, esa es la meta que se tiene de los casi 39 millones de dólares que se invierte en alimentación al año en los presidios”, explicó el director.
Para hacer auto sostenible parte de una veintena de cárceles en el país, la Dirección de Centros Penales dice disponer, además de la granja en Izalco, otra exclusiva de hombres en Santa Ana, además de la del Centro de Detención de Menor Peligrosidad en Zacatecoluca y en el centro del país.
El Salvador intenta enseñar un trabajo para cuando estos reclusos salgan de la cárcel puedan ponerlo en práctica y tener una forma de sustento.