Por: Christian Sandoval
Miembros de la comunidad aseguran que son un sector de la sociedad salvadoreña que durante muchos años ha sido vulnerado debido a los estigmas sociales y la falta de normativas legales que velen por el bienestar de esta parte de la población.
Cada 28 de junio se conmemora el día internacional del orgullo LGBTIQ+, como una forma de visibilizar la importancia del respeto hacia la igualdad de género y la diversidad sexual, en El Salvador diferentes organizaciones suelen hacer manifestaciones o marchas para exigir derechos y condiciones dignas en áreas como la laboral y educativa, pues hasta la fecha sigue existiendo casos de violencia y discriminación en dichos ámbitos.
De acuerdo con un estudio publicado en enero del 2022 y realizado por diferentes organizaciones sociales del país como Comunicando y Capacitando a mujeres Trans (CONCAVIS TRANS) y la Organización de las Mujeres por la Paz (ORMUSA), se pudo determinar mediante una muestra encuestada que el 35 % de la población es gay, un 22 % es heterosexual, un 18 % es bisexual, un 11% otra orientación sexual, el 8 % de la población es pansexual y un 6 % se identifica como lesbiana.
Revelando de este modo que la mayor parte de la sociedad encuestada en el referido estudio pertenece a la comunidad LGBTIQ+, a pesar de esto, en el ámbito legal la comunidad no ha tenido las suficientes normativas legales que garanticen su bienestar y ni espacios adecuados que se encarguen de velar por su trato justo y digno, por lo que surgen diferentes ONGs y colectivos; con el propósito de combatir esta problemática.
“Durante mi época en el bachillerato sufría de mucho acoso y burlas por mi forma de ser y mi orientación sexual, lo que me reprimía y me llevó a un punto donde ya no quería asistir al instituto, sinceramente me hubiese gustado tener a alguien que me defendiera, porque para ese entonces los colectivos no eran tan comunes y unirse a uno era un problema porque las personas te juzgaban y te tachaban de ser hijo del diablo”, comentó con mucha tristeza a quién llamaremos Cristopher, un joven de 25 años, quién al día de hoy menciona que no puede expresar su orientación sexual libremente debido a que en su trabajo podría recibir rechazo.
Uno de los colectivos de esta comunidad en el país son los denominados: Líderes con Orgullo, el cual nació en la zona Oriental de El Salvador en el año 2018 como resultado de la necesidad de contar con una organización que luchara por los derechos y la inclusión de la población LGBTIQ+, la Fundación de Estudios para la Aplicación del Derecho (FESPAD) brindó apoyo y capacitación en gestión de proyectos y trabajo organizativo, lo cual fue fundamental para sentar las bases de Líderes con Orgullo.
La finalidad de este colectivo es luchar por la dignidad y la inclusión social de la población LGBTIQ+, sus familias y la población en general en la Zona Oriental y en todo El Salvador. También acompañar a las víctimas de discriminación y violencia basada en la orientación sexual, identidad y expresión de género, brindándoles apoyo, asesoramiento y empoderamiento.
De acuerdo con Ignacio Molina, miembro de Líderes con Orgullo, las problemáticas más comunes que enfrentan las personas LGBTIQ+ en el ámbito laboral son: Discriminación y exclusión debido a su orientación sexual, identidad de género o expresión de género. Esto puede manifestarse en la negativa de contratación, el trato desigual, la falta de oportunidades de ascenso, desigualdad laboral y desarrollo profesional, así como el acoso laboral.
Todo esto genera un ambiente hostil y falta de seguridad para esta comunidad que se siente insegura y temen revelar su orientación sexual o identidad de género en el trabajo debido al riesgo de ser discriminadas o enfrentar represalias, pues no existe ninguna normativa legal que les proteja.
La ausencia de leyes específicas deja un vacío legal que dificulta la defensa de los derechos laborales de esta población. Sin una ley de identidad de género, las personas trans enfrentan dificultades para obtener documentos legales, como el cambio de nombre y género en sus documentos de identidad, lo que puede llevar a situaciones de discriminación y exclusión en diferentes ámbitos de la vida, incluido el laboral.
Según Molina, muchas empresas y empleadores carecen de programas de sensibilización y capacitación sobre diversidad sexual y de género. La falta de conocimiento y comprensión perpetúa estereotipos y prejuicios, dificultando la creación de entornos laborales inclusivos, lo que termina afectando la calidad de vida, el bienestar emocional y el desarrollo profesional en el ámbito laboral. Es por ello que consideran fundamental promover la sensibilización, la educación y la implementación de políticas inclusivas para combatir la discriminación y los prejuicios en el entorno laboral salvadoreño y garantizar la igualdad de oportunidades para todos.
De acuerdo con el “Estudio de casos que evidencian la discriminación y la violencia contra la población LGBTI”, que fue publicado en el año 2022, las tres principales áreas en las que la comunidad ha sufrido discriminación son la vida comunitaria, en la familia y en lo laboral, evidenciando las malas condiciones a las que las personas LGBTIQ+ están expuestas en entornos donde no deberían de darse estas situaciones, ya que son espacios donde el respeto es el eje principal de las convivencias.
“Es nefasto ver que países tan cercanos como Costa Rica o México si están avanzando en un derecho tan básico como el matrimonio igualitario y El Salvador se queda atrás aún con la ley de identidad de género. Es arcaico como nos niegan derechos que ni si quiera deberíamos de exigir”, declaró Ernesto Portillo, joven miembro de la comunidad LGBTIQ+.
Es así como gays, lesbianas, transexuales, bisexuales, pansexuales, intersexuales, personas no binarias, de genero fluido u otros, coinciden en que es necesario implementar leyes que ayuden e instruyan en el respeto e igualdad desde las edades tempranas para cambiar la forma en la que lo sociedad ha estado funcionando y pensando durante mucho tiempo.
“Como miembro de Líderes con Orgullo, considero fundamental contar con una normativa de ley que promueva la educación sobre la importancia y respeto de la inclusión y diversidad sexual en el ámbito educativo. Desde mi perspectiva, la educación es la base para construir una sociedad inclusiva y libre de discriminación”, dijo Molina.
Por estas razones durante el mes de junio se efectúan manifestaciones y movimientos sociales que exigen y piden al estado leyes que protejan su bienestar y validen su identidad de género, así como que garanticen condiciones laborales adecuadas y en las cuales no sean foco de burlas o malos tratos.