Por: Sara García
La deserción escolar es un problema persistente en El Salvador, y la salud mental juega un papel crucial en este fenómeno. Directores, subdirectores, maestros y estudiantes expresan su preocupación y dan su opinión sobre esta situación.
La deserción escolar es un desafío persistente en El Salvador, y la salud mental emerge como un factor clave que contribuye a este problema. Directores, subdirectores, maestros y estudiantes han expresado su preocupación sobre cómo los problemas de salud mental pueden impactar negativamente en la asistencia y el rendimiento académico.
Según datos del Ministerio de Educación, el 15% de los estudiantes en edad escolar abandonan la escuela en El Salvador, y la salud mental se ha identificado como una de las principales razones detrás de esta alarmante estadística.
El subdirector de la escuela Doctor Ramón Rosa en Sociedad, Moisés Torres, destacó la importancia de abordar la salud mental de los estudiantes para prevenir la deserción escolar.
¨Hay que recordar que, en mente sana, cuerpo sano. Es importante que los niños vengan a nuestro centro escolar con una mente despejada para poder adquirir los conocimientos, el desafío de luchar por la salud mental es bastante grande y es necesario tomar cartas en el asunto¨, expresó Torres.
En respuesta a esta creciente preocupación, algunas instituciones educativas han comenzado a implementar medidas para abordar la salud mental de los estudiantes. Esto incluye la contratación de psicólogos escolares, la organización de talleres sobre manejo del estrés y la promoción de actividades extracurriculares que fomenten el bienestar emocional.
La subdirectora del Instituto Nacional de Sociedad, Dilia Artola, también compartió su preocupación, señalando que los adolescentes enfrentan una serie de desafíos emocionales durante esta etapa crucial de sus vidas.
«Los efectos secundarios de no abordar la salud mental conllevan a un bajo rendimiento escolar, hasta el abandono del estudio porque cargan con problemas que no han sido tratados desde la niñez. Durante mi estancia he observado mucha deserción escolar por diversas causas, pero por salud mental ocupa el primer puesto», compartió la subdirectora.
Los maestros también han observado de cerca cómo la salud mental afecta el desempeño académico y la asistencia de los estudiantes. «Podemos notar el comportamiento de los niños, si hay alguno reprimido, que llora o que no controla su carácter, primero que nada, los padres tienen que estar alerta en casa. Y también es crucial que como educadores estemos capacitados para identificar estas señales y brindar el apoyo adecuado», mencionó Wendy Escalante, maestra de primer grado de la escuela Doctor Ramón Rosa.
Los maestros coinciden en que, a pesar de estos esfuerzos, aún queda mucho por hacer para abordar de manera integral el problema de la deserción escolar en El Salvador y mencionan que es necesario un enfoque colaborativo que involucre a padres, educadores, autoridades gubernamentales y la sociedad en general para garantizar que todos los estudiantes tengan acceso a un entorno educativo saludable y de apoyo que promueva su bienestar emocional y académico.
Por su parte, los estudiantes también han expresado sus experiencias con respecto a la salud mental y su impacto en la educación. Uno de ellos compartió: «Si estamos pasando por un momento difícil, de estrés o de ansiedad, tenemos que hablar con nuestros padres y apoyarnos en ellos para buscar ayuda profesional y así tratar nuestro caso. Creo que es importante que las escuelas proporcionen más recursos para ayudar a los estudiantes que están lidiando con problemas de salud mental», comentó Darwin Canales, estudiante del Instituto Nacional de Sociedad.