Por: Adriana Centeno
La Parroquia Transito de María se llena de alegría al celebrar el décimo aniversario de vida sacerdotal del presbítero y vicario de esta comunidad parroquial.
José Ismael Batres Guevara es originario del municipio de San Antonio El Mosco, San Miguel; quién hace 10 años decidió entregar su vida al servicio de la iglesia católica, iniciando su experiencia de formación sacerdotal a principios del año 2007 en el seminario introductorio Santiago Apóstol, del municipio de Santiago de María, Usulután.
Esta experiencia fue suficiente para que el presbítero ingresara a sus estudios de filosofía en el seminario Juan XXIII en la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA), luego de recibir la formación teológica del seminario San José de la montaña obtuvo su título como Licenciado en Ciencia Religiosa en el año 2014.
“Hoy estamos de fiesta le doy gracias a Dios primeramente porque me ha permitido estar viviendo el ministerio sacerdotal, y es que precisamente este día me hace recordar aquel 15 de marzo del año 2014. En mi ordenación sacerdotal conferida por manos de Monseñor Rodrigo Orlando Cabrera, Obispo de Santiago de María en ese entonces, quién nos hacia un llamado a ser sacerdotes cercanos al pueblo de Dios”, manifestó el presbítero Batres.
Estas palabras han servido para que el presbítero durante estos años de servicio se haya ganado el aprecio y la admiración de los feligreses en las distintas parroquias donde ha servido con mucha entrega al pueblo de Dios.
Es por eso que la celebración que se llevó a cabo en la parroquia El Transito se preparó con mucho entusiasmo como agradecimiento de su colaboración y entrega a su servicio pastoral.
“Como comité proseminario y miembros de esta parroquia estamos muy agradecidos y primeramente le damos gracias a Dios por el servicio sacerdotal del padre Ismael su tiempo, su disposición hacia las necesidades de nuestra parroquia; y como persona un gran sacerdote que merecía por parte nuestra que le festejáramos con mucha alegría en este día tan especial e importante en su vida”, detalló María Hernández coordinadora del evento.
Los feligreses mostraron gratitud a Dios por la vida sacerdotal de su vicario y festejaron con cánticos y oración este imborrable momento de su ministerio.
“Como familia estamos muy agradecidos con Dios por la vida de mi hermano, nosotros hemos sido testigos de su gran esfuerzo y dedicación para con el pueblo que Dios le ha encomendado y seguimos en oración, ya que, los sacerdotes son necesarios en nuestra comunidad cristiana”, expresó Irma Batres hermana del presbítero. El sacerdote con mucha alegría expresó el agradecimiento a todos los feligreses por sus muestras de cariño y hace un llamado a seguir en constante oración para que nuevas vocaciones venideras surjan en esta comunidad pastoral, y reitera que es una gran felicidad acompañar al pueblo de Dios mediante esta vocación que Dios concede