Por: Ever Landaverde
Cada año crece en la Laguna de Olomega la planta conocida como Ninfa que genera problemas tanto a las especies en el espejo de agua como a los pescadores locales.
La Laguna de Olomega, ubicada en entre el municipio de El Carmen y San Miguel, es uno de los principales atractivos turísticos del oriente salvadoreño, además de ser un espacio catalogado como Sitio Ramsar desde hace ya varios años por la variedad de especies que ahí convergen y por la importancia en el ecosistema que posee, sin embargo, su ecosistema es amenazado cada año por la proliferación de una planta marina invasora cuyo nombre científico es Caulerpa taxifolia, conocida comúnmente como Ninfa.
La Ninfa se caracteriza por crecer rápidamente cubriendo la superficie del agua y sofocando a las especies autóctonas, robándoles el oxígeno hasta procurarles la muerte. Lo que ha generado la pérdida de especies locales que por años habían permanecido en la zona.
Pero ese no es el único problema que genera la Ninfa ya que esta planta produce una gran cantidad de materia orgánica que al descomponerse apresura el consumo del oxígeno del agua, lo que afecta la supervivencia de peces y otros organismos acuáticos.
“Cuando hay proliferación de esta planta en el Jacinto de agua tiende a competir con las distintas especies de peces por el oxígeno y debido a esto se ven afectados por el crecimiento descomunal de la Ninfa”, mencionó el Licenciado en Biología Osmel Sánchez.

El rápido crecimiento de la Ninfa en la Laguna de Olomega ha llevado a que se tomen medidas para tratar de controlar su crecimiento, entre ellas, se ha intentado retirar la planta manualmente.
Ricardo Jiménez, quien se ha dedicado durante 10 años a realizar viajes turísticos alrededor de la lancha mencionó que “antes había cuadrillas de niños, hombres y mujeres, que se encargaban de retirar la planta a cambio se les daba dinero o canastas básicas”.
Existía una máquina llamada “barcaza” que era diseñada específicamente para recolectar la planta marina que invaden las lagunas de Olomega y Jocotal, pero esta se dañó desde el 2014 y no ha tenido el mantenimiento, según los lugareños por lo que la planta invasora ha seguido ganando terreno en el espejo de agua.
Mauricio Cruz, pescador frecuente del lugar mencionó que “desde que se dañó la barcaza hemos hecho toda la extracción de la Ninfa manualmente y para salir del puerto tenemos que hacerla a un lado y esto puede causarle daños irreparables al motor de las lanchas”.
La crecida de esta planta también afecta las economías locales pues no pueden salir con facilidad a dar los paseos en lanchas a turistas o pescar, pues la planta genera un cerco que afecta el tránsito de las lanchas y las puede dañar irremediablemente, además la pesca puede ser escasa por la muerte de los peces.
Los vecinos solicitaron apoyo para poder tratar con esta planta por parte de las autoridades locales o ambientales, pues el espejo de agua es de donde se sostienen a través del turismo o la pesca. Consideran que si la barcaza es reparada será de mucha ayuda para la remoción de la planta.