Por: Alexis Cañas
Esmeralda Pérez ha dedicado más de tres años a su negocio de artesanía salvadoreña, convirtiendo su pasión en un hermoso emprendimiento que es su principal fuente de ingresos.
Esmeralda Pérez es una apasionada mujer por la artesanía que demostró su talento y amor por este arte desde su juventud, ella siempre soñó con tener su propio negocio donde pudiera compartir su talento y trabajo con los demás. Su visión era crear un lugar donde los turistas y los habitantes locales pudieran encontrar hermosas artesanías y objetos decorativos que representaran la autenticidad de la cultura salvadoreña.
Después de años de dedicación y arduo trabajo, Esmeralda finalmente ha convertido su sueño en realidad. Pues actualmente posee un negocio de artesanía salvadoreñas, siendo un lugar acogedor y lleno de color, donde las personas pueden encontrar hermosos productos hechos a mano por ella y otros más artesanos locales.
El trabajo de Esmeralda es un verdadero baluarte para aquellos que buscan adquirir un recuerdo de su país o decorar su hogar con piezas únicas y auténticas. A través de su negocio, ella ha logrado destacar por la belleza de sus piezas y también ha hecho que sus productos sean accesibles para todos. Su compromiso con la cultura y su amor por su país son inspiradores.
Con el paso de los años, Esmeralda ha aprendido muchas cosas valiosas en su camino como emprendedora. Sin embargo, hay algo en particular que ella considera muy especial y que también ofrece en su tienda:

“Creo muñecas de tela, para hacerlas comienzo seleccionando una tela cruda de buena calidad que sea suave y resistente. Luego, corto y coso las telas para crear el cuerpo de la muñeca. Después, utilizo hilos de diferentes colores para crear el cabello de la muñeca, trenzando o cosiendo cuidadosamente el cabello para darle forma y textura. También utilizo lana de colores para crear otros detalles, como bufandas, gorros y otros accesorios”, dijo la artesana.
Agregó que luego, crea la vestimenta de la muñeca, utilizando telas de colores y texturas diferentes para crear ropa y otros accesorios como sombreros, zapatos y joyas. Finalmente, para darle vida a las muñecas, les crea una carita utilizando hilo de bordar, pinturas y otros materiales y señaló que a menudo, experimenta con diferentes técnicas para crear expresiones faciales y características únicas para cada muñeca.
Esmeralda realiza al menos de 3 a 4 viajes al mes a Ilobasco para abastecerse de artesanías y mantener su negocio en funcionamiento. Además, ella cuenta con un equipo de 8 personas que crean las artesanías a mano con habilidad y dedicación. Juntos, trabajan arduamente para producir piezas únicas de alta calidad para su tienda y poder satisfacer la demanda de sus clientes.
“Si un cliente desea una pieza especial, como una figura de un animal específico o una creación inspirada en un dibujo personalizado, mi equipo y yo lo hacemos realidad. Sin embargo, es importante tener en cuenta que estas solicitudes deben hacerse con anticipación para que se puedan ajustar al tiempo de producción y al ritmo de trabajo de la tienda”, dijo la artesana.
La tienda de Esmeralda ofrece una amplia gama de productos artesanales, desde pequeñas figuras que comienzan en 50 centavos de dólar hasta impresionantes fuentes y piezas decorativas que pueden alcanzar un precio cercano a los 300 dólares. Cada pieza es única y está hecha a mano con habilidad y pasión por el equipo de artesanos de la tienda. Los precios reflejan el valor y la calidad de las artesanías, y son una inversión que puede durar toda la vida como recuerdo o decoración para el hogar.

La tienda de Esmeralda, esta ubicada en San Miguel, específicamente en la segunda Avenida Sur casa #740 del Barrio Concepción. Esta ubicación es accesible para los residentes y visitantes de la ciudad y es un destino popular para aquellos que buscan productos artesanales de gran calidad.
La historia de Esmeralda Pérez es una prueba del poder que tiene la pasión y la determinación en la creación de un negocio. Su amor por la artesanía salvadoreña la llevó a dedicar su tiempo, esfuerzo y recursos a su emprendimiento, y a través de el ha logrado no solo dar a conocer la belleza de la cultura salvadoreña, sino también generar ingresos para su familia y su comunidad. También es una fuente de inspiración y empoderamiento para las mujeres emprendedoras en todo el mundo.