Por: Melissa González
La mujer lleva 35 años vendiendo atol Shuco, una tradición en el municipio de Osicala, Morazán y se toma en el tradicional huacal de morro.
En la ciudad de los nueve vientos en el año 1988; es decir hace 35 años, dio inicio el negocio de venta de “Shuco”, una bebida tradicional a base de maíz negrito con un toque dulce para el caso de la zona oriental del país, que se acompaña con un poco alguashte y pan francés.
Esta bebida es la que vende niña Emma Argueta desde hace 35 años frente al parque de Osicala y ni la guerra, pandemia covid 19, tormentas o los terremotos han detenido la persistencia de esta mujer luchadora para mantenerse en este negocio que no solo deleita paladares, sino que, además, promueve la cultura a través de la cocina salvadoreña.
“Fíjese que me lo enseñó una hermana que vivía en Guatemala, ella me dijo que hiciéramos atol shuco porque acá en Osicala nadie vendía, entonces por eso al empuje de ella decidí hacer atol para las personas de este municipio, sus alrededores y para todas las personas que nos visitan de diferentes lugares del país”, expresó Emma Argueta.
Niña Emma, todos los días a las 3 de la tarde o pocos minutos antes ya está en su pequeño negocio con sus mesas de madera, delantal, huacales de morro, cucharas, bolsas, y sus ollas llenas de atol y algunas veces también ofrece chilate con miel de plátano, las personas ya a esa hora la buscan en la entrada al parque municipal para poder degustar de estas tradicionales bebidas.

Pero elaboración de los atoles los comienza a eso de las 11 de la mañana, pues cada uno lleva sus procesos de preparación que puede tardar varias horas para que tomen el sabor característico.
La emprendedora debe prepararse con los ingredientes que se necesitan para la elaboración de estos atoles de maíz, así mismo también prepara el alguashte para darle un toque agradable a la bebida, dulce en el caso del atol o simple en el caso del chilate.
“Primeramente es un platillo típico de nuestro país y degustar de estos atoles de niña Emma por las tardes se ha vuelto una costumbre que día con día podemos saborear”, expresó Wilder Sánchez un cliente frecuente.
Para esta mujer su negocio es muy importante porque gracias a su trabajo, obtiene ingresos económicos para ayudar a su familia, pero además mantiene viva una tradición culinaria salvadoreña.
“En huacal o en vaso, grande o pequeño, con chile, sin chile y con aiguaste aquí el cliente manda de cómo quiere que le demos su atol shuco”, comentó la atolera.
Doña Emma es la única persona que elabora estos atoles y la única que mantiene estas tradiciones y costumbres en la zona urbana de este municipio, volviéndose un ejemplo de superación para todas las personas que deseen emprender un negocio propio.
“Las metas a futuro para mi es seguir siempre adelante con los atoles, dejar como herencia una familiar que también les prepare el atol, así como yo lo hago para que sigan disfrutando de estos deliciosos atoles”, dijo la emprendedora.