Por: Matheu Román 

El hombre sufrió un accidente que le dejó dañado parte de su cuerpo, pero el gimnasio fue su mejor terapia para recuperarse.

A la edad de 16 años cuando cursaba sus estudios de bachillerato en un instituto de San Miguel un automóvil atropelló a Rafael Hernández, causando un coma que por 16 días lo tuvo inconsciente y 6 meses atado a la cama de un hospital luchando por su vida. 

«Los doctores casi amputan mi brazo izquierdo, tuvieron que hacer injertos de piel, ponerme una férula para darme la movilidad de la muñeca entre otras cirugías de reconstrucción, mi vida dio un giro radical», expresó.  

Pero este panorama tan difícil, no lo logró vencer, junto a su mamá decidieron viajar a San Salvador para asistir al Instituto Salvadoreño de Rehabilitación (ISRI); para poder buscar una solución que le permitiera recuperar la movilidad de su brazo izquierdo. 

«Asistí a clases de rehabilitación, pero el instructor me dijo que no mejoraba nada porque no pasábamos de los mismos ejercicios, y me sugirió buscar ayuda externa, mencionó que conocía a don Francisco Flores, era un señor que en la época de los noventas era al entrenador de la Selección Nacional de Físico Culturismo, decidí pedirle ayuda y aceptó gracias a Dios», recordó Hernández. 

El entrenador le manifestó que debida asistir a su gimnasio para poder ser instruido y comenzar con sus ejercicios.  

«Me dijo que el Gym estaba en el centro de Soyapango afortunadamente vivíamos ahí con mi mamá, Dios lo puso en mi camino en el momento justo, empecé con el palo de una escoba a entrenar, hice de todo para poder estar hasta donde estoy hoy en día, moviendo pesos que nunca pensé mover con mi brazo», mencionó Hernández. 

Al pasar el tiempo siguió entrenando y decidió buscar una vida mejor viajando a Estados Unidos y regresando a los años a formar una familia y con el enfoque de poner un gimnasio el cual ayudará a personas brindándoles una versión mejor de si mismos y que pudieran crecer. Fue así que con la ayuda de su esposa decidieron fundar Armonía Física Gym aproximadamente en el 2018. 

«Mi esposo es una persona bastante ejemplar, cómo persona él es un gran ser humano, si pinta una piedra las puede vender, tiene la capacidad de ser un emprendedor nato y como padre es sumamente responsable, un hombre hogar”, dijo Natalia Méndez, esposa de Rafael Hernández. 

Comentó que su función en el gimnasio es ser instructora de las mujeres, mientras que el esposo se encarga de entrenar a los hombres. Agregó que ese esfuerzo ha llevado a inculcar en sus hijos la importancia del deporte y llevar una vida con hábitos sanos.  

«Estoy feliz de tener unos padres ejemplares que me guían a ser una persona mejor cada día, ya que con amor inculcan diversos valores y agradezco a Dios por tenerlos y a mis dos hermanitas también», manifestó Félix Hernández hijo de Rafael. 

Es por ello que aproximadamente 150 personas son las que asisten al gym ubicado en el corazón de Chinameca, brindando así un mejor estilo de vida a personas que tienen un padecimiento clínico y otras que a temprana edad se inspiran a mejorar su cuerpo y a tenerlo en armonía. 

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