ESPECIAL/ CRÓNICAS #EXPLORANDOEUROPA
Por: Cesia Méndez
El medio que visitamos es el único en idioma inglés que existe en toda la ciudad de Florencia y cuentan con más de 2 mil colaboradores.
A las 9 de la mañana del miércoles 22 de febrero, iniciamos el tercer día de clases de italiano. A las 12:15 del mediodía con apetito recorrimos las calles de Florencia descubriendo al “Caffé Corssini” en donde degustamos de Cornettos y bebidas achocolatadas.
Luego nos dirigimos al The Florentine Magazine, la única revista en inglés de toda Florencia. Creada en el 2005 con más de 10 mil copias vendidas al mes, y mil suscriptores en todo el mundo; cuentan con una extensa red de 2500 escritores, colaboradores, fotógrafos y videografos. La revista tiene como objetivos mostrar la gastronomía, el arte y cultura, las tiendas, los emprendedores y la comunidad de la ciudad ofreciendo esta información a los italianos en el mundo y extranjeros que gustan de la historia de la bella ciudad de Florencia.
Por la tarde noche, visitamos el centro de la ciudad y sus alrededores, dando con la “Fontana del Porcellino”, situada cerca del Ponte Vecchio, siendo esta una estatua de un Jabalí de bronce creado en 1633. Según la tradición, los visitantes deben introducir una moneda en la boca del jabalí para que les traiga suerte y para asegurar su vuelta a Florencia. Esto consiste en meter la moneda tras haber frotado el hocico del animal. Si esta cae y entra tras la reja de abajo, traerá fortuna. Para mi buena suerte mi moneda si entró.

Para el cuarto día de nuestra estadía en Florencia a las 9 de la mañana del jueves recibimos nuestra cuarta clase de italiano, practicando con juegos y preguntas entre los compañeros, donde ya lográbamos hilar ideas para una conversación básica. La maestra con una amplia experiencia Vittoria Lena, nos motivó para que habláramos lo más que pudiéramos el italiano y en cada clase lo lograba exitosamente.
Para la tarde de ese cuarto día visitamos al Instituto Internacional de Diseño, fundada en el año 2008. Recibimos un recorrido por las instalaciones las cuales están llenas de arte y cuadros renacentistas. La escuela se especializa en diseño de interiores, arquitectura y diseño gráfico y digital.

Tuvimos la gran oportunidad de conocer al director del instituto, Marc Dicomedico. Nos mostró en una presentación los trabajados que los estudiantes realizan y los grandes resultados que obtienen en poco tiempo con los técnicos. Observamos tesis de los estudiantes destacados de la institución y nos mostraron que la base de los trabajos es la combinación de tecnologías modernas con la cultura imaginativa de Italia, además del respeto a su patrimonio cultural.

Subida a la Cúpula de Brunelleschi de la Catedral de Florencia
Ese mismo día, a las 5:30 de la tarde nos encontrábamos con mucho entusiasmo, haciendo fila para conocer el interior y subir a lo más alto del Duomo di Florence. Luego de pasar seguridad, iniciamos el ascenso. El interior de la Catedral de Florencia se divide en tres naves, una central más amplia, con una sucesión de grandes pilares y dos naves laterales. En las naves laterales se pueden admirar varias pinturas y esculturas que mezclan personajes y escenas religiosas y civiles de gran impacto visual para los visitantes.
Al llegar en donde está situada Los frescos de la Cúpula Brunelleschi nos quedamos sin palabras, lo imponente que es la pintura y los detalles que hay en ella, es tanta historia contada, son 3,600 metros cuadrados. Estos fueron pintados en el siglo XVI, se comenzaron a pintar en 1568 por Vasari y Zucchero y este último los acabó con otros colaboradores en 1579.
Luego de 463 escaleras, en un tramo cada vez más estrecho, una empinada e incómoda subida, nos hallamos al salir a casi 114 metros del suelo, la maravillosa ciudad desde las alturas, todos sobre la enorme cúpula del duomo de 45 metros de diámetro y de frente su altísimo Campanille di Giotto. Las vistas no se pueden relatar, pero juro que cada uno de esos peldaños valió la pena. La noche y la luna fueron partícipe de esa hermosa experiencia y hermosas vistas de toda la ciudad.

Y para cerrar bien el día, no había mejor opción que ir a comer y convivir entre todos en un restaurante en donde nos sirvieron de las mejores pastas, entre ellas Lasagna y pollo a la parmesana.
Llegó el viernes 24 de febrero y con él nuestro fin de curso exprés para aprender italiano, todos recibimos un certificado de italiano en nivel A1-Elementare 1. Amablemente, la directora Geraldine Villiger y nuestra esplendida maestra Vittoria Lena se despidieron, agradeciéndonos por ser parte de la escuela e invitándonos a regresar por más; para concluir con la mañana nos tomamos una foto grupal y teníamos el corazón lleno de satisfacción y orgullo después de asumir un reto a pesar de los temores del inicio.
A las 4:30 de esa misma tarde nuestro guía Emanuel nos acompañó a “In Tavola, food & drink”, una escuela de cocina, en la que aprenderíamos como preparar un menú italiano completo desde cero. Luego de darnos la bienvenida nos pusimos manos a la obra, siguiendo las instrucciones del chef Fabrielo Giorgi.
Hicimos pasta desde cero con harina y huevos, para luego amasarla e incluirle los complementos; así creamos los famosos “Raviolis”, estos rellenos de ricotta y espinaca. El postre quedó a manos de la licenciada Lucinda Quintanilla, la cual elaboró la panna cotta, este es un postre típico de la región italiana, elaborado a partir de crema de leche o nata, azúcar y gelificantes, que se suele adornar con mermeladas de frutos rojos. Recuerda al flan, pero su sabor es más lácteo con una textura más suave que el flan. Una total delicia culinaria.
Luego de crear nuestro propio menú, procedimos a degustarlos, cenamos en una mesa larga dentro de un sótano de techo abovedado, muy común de los restaurantes de la Toscana. Acompañamos la cena con una grata y profunda conversación, en la cual nos expresamos y fuimos escuchados uno a uno. Agradecimos a la vida por compartir entre todos la maravillosa e inigualable experiencia.