Autora: Josselyn Portillo

Las autoridades japonesas están usando dardos tranquilizantes para         tratar de frenar los ataques de los monos salvajes. 

En la ciudad de Yamaguchi, en las últimas semanas más de 42 personas resultaron lesionadas entre ellos ancianos y niños tras ser atacados macacos.  

Los ataques se perpetraron desde el pasado 8 de julio y las víctimas sufrieron mordeduras y arañazos por parte de los mamíferos salvajes.  

«Es raro ver tantos ataques en un corto período de tiempo», dijo un funcionario de la localidad, agregó que «inicialmente, solo niños y mujeres fueron atacados, pero ahora también personas mayores y hombres adultos han sido víctimas”. 

Las autoridades han colocado trampas para poder atraparlos, pero los intentos han sido fallidos pues los animales siguen atacando a los habitantes de Yamaguchi.  

Según testimonios de los habitantes afectados, los macacos son capaces de entrar a las casas subiendo varios pisos y por las puertas resbaladizas y rompiendo ventanas; uno de los casos más alarmantes fue el perpetrado a un infante al que un macaco arrastró hacia la ventana de su vivienda causándole varias heridas.  

Según la prensa internacional esta especie estuvo en peligro de extinción, pero esa etapa fue superada y parece que el habita de los macacos está muy cercano a las comunidades habitadas por familias.  

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