Autora: Alejandra Ascencio

El emprendimiento lleva cinco años de haber llegado para quedarse en el paladar de los migueleños. 

El Frutazo es un emprendimiento nacido en la ciudad de San Miguel, dedicado a la venta de fruta fresca de temporada la cual pican en el momento y le agregan elementos variados como chile, limón tajín en otros que hacen resaltar los sabores de la fruta.  

Pero una de las características del negocio es el carisma con la que atienden a cada cliente que visita el emprendimiento que después de varios años de arduo trabajo ahora se ha vuelto un lugar bueno, bonito y barato donde también se puede almorzar o pasar una tarde amena de amigos, pues las bebidas no faltan. 

El negocio comenzó el 16 de diciembre de 2017, con la innovadora idea de Mario Berrios, licenciado en Psicología graduado de la Universidad Nacional de El Salvador, que quería crear algo que le generara ingresos adicionales ya que, a pesar de tener un trabajo con un salario fijo, necesitaba dinero extra para solventar ciertos gastos. 

“Tenía un buen empleo como encargado de Recursos Humanos y hacia funciones de supervisor de un grupo de vendedores externos y de 3 peluquerías, pero se presentaron algunos factores no favorables, platicando con Irma Pérez, una amiga que trabajaba desarrollando ideas de negocio, me hizo un breve test para definir mi idea inicial”, explicó el emprendedor. 

Fue así como surgió la idea de ofrecer algo que ya existía en las calles de San Miguel, pero innovando con un valor agregado, preparar la fruta añadiéndole elementos que no tenían las fruterías tradicionales como la presentación en vaso desechable, garantizar la higiene y agregar ingredientes novedosos que salieran de lo común, como el chile tajín y variedad de salsas picantes.  

“Comencé afuera de un centro comercial, prácticamente en una acera al aire libre, yo entraba al centro comercial e iba de local en local explicando el producto a los empleados y conseguí que la mayoría me comprara porque hacía que lo imaginaran cuando estaba siendo preparado”, agregó el también psicólogo. 

Durante un tiempo el negocio floreció por ese valor agregado que le ponían en cada preparación, tanto que abrió varias sucursales en la ciudad cuando en febrero de 2019 Manuel Araya le propuso asociarse para poner un puesto fuera de la Universidad Gerardo Barrios, posteriormente de expandieron a otra universidad y pudieron tener algunos puntos móviles afuera de algunos centros educativos. 

Sin embargo, por razones laborales la sociedad se disolvió en agosto de ese mismo año y Berrios deicidio concentrarse en el punto de venta inicial, atrás del centro comercial, lugar que aún mantiene abierto y desde donde sigue innovando. 

“El producto y la marca tuvieron muy buena aceptación desde el principio, me siento satisfecho por el crecimiento de ambos, aunque al no contar con un respaldo para invertir, siento que el crecimiento ha sido lento, pero seguiré adelante hasta agotar todos mis recursos”, puntualizó Berríos 

Además, explicó que, al quedarse sin empleo fijo, tuvo que dedicarse de lleno al negocio de la fruta, y a pesar de los bajones anímicos como el lo describe, y la disminución en las ventas, sigue firme esforzándose, su meta es robustecer los productos y obtener libertad financiera.  

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