Autor: Alejandra Ascencio

El espíritu emprendedor, visionario y las ganas de superarse, fueron los factores que impulsaron a esta joven a cumplir su sueño y establecer su propio emprendimiento de uñas acrílicas. 

Cecilia Marynelly Rodríguez de 21 años, actualmente estudiante de quinto año de la carrera de Comunicación Institucional y Periodismo, es una joven entusiasta y trabajadora, originaria del municipio de San Fernando, ubicado en el departamento de Morazán. 

La emprendedora en medio de la pandemia y con el objetivo de generar ingresos para poder seguir costeando su educación superior, se planteó la idea de iniciar su propio negocio de todo lo relacionado con la estética de las uñas, emprendimiento que se convertiría en el primer, y por el momento, único negocio de ese rubro en el lugar donde reside. 

“Decidí emprender a pesar de estar en medio de la pandemia de COVID 19, ya que mis clases eran completamente virtuales, así que vi la oportunidad de ganar dinero extra aprendiendo el arte de las uñas acrílicas, que con el paso del tiempo pude perfeccionar y dejé de hacer solamente diseños de uñas, sino que aprendí a hacer cualquier tipo de trabajo en base al diseño de uñas de manos y pies”, comentó la joven.  

Al principio, ella inicio su formación viendo tutoriales en YouTube y practicando con sus tías y primas, posteriormente, se graduó como acrilísta profesional en la Academia Dot Nails en la ciudad de San Miguel y fue así como el 9 de octubre del año 2020 inauguro su negocio en el Municipio de San Fernando, Morazán, llamado “Nails by Marynelly”.  

“Siempre me he considerado una persona emprendedora, ya que a pesar de estar estudiando quise aprender el arte de las uñas e iniciar mi negocio, el motivo fue que quería seguir con mi carrera universitaria y los gastos cada vez eran mayores, ya que tenía que viajar desde San Fernando a San Miguel”, sostuvo Marynelly. 

La joven aseguró que la aceptación por parte de la comunidad y sus alrededores ha sido muy grande, lo que le ha generado mucha demanda de su trabajo, ya que las personas del pueblo no tienen que viajar hasta San Francisco Gotera o San Miguel por un servicio de uñas, pues este se convirtió en el primer local y además único de la zona en ofrecer esos servicios de forma profesional.  

Rodríguez a pesar de tener este negocio, no descuida su compromiso como estudiante y es una de las más destacadas y esforzadas alumnas de su promoción, pues anhela en pronto convertirse en una profesional de las comunicaciones y sabe que para ello debe trabajar de forma constante.  

El negocio de la emprendedora ya genera presencia en las redes sociales desde donde muestra parte de su trabajo y donde los interesados pueden hacer sus citas con antelación para ser atendidas por la experta.  

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