Autora: Jamileth Gómez
A sus 35 años Justiniano tuvo que desempeñar su rol de padre y madre al quedar viudo y con tres niños.
Justiniano Obdulio Ulloa Gómez de 54 años es un hombre sencillo, de apariencia seria, pero de gran corazón, pues cuando apenas tenía 35 años la vida le arrebató a su esposa Dinora y desde ese momento entregó sus días a criar a sus tres hijos.
“El cambio que yo sentí es que no estaba la señora de la casa, mi esposa y segundo, como iba hacer para sacar a mis tres hijos adelante y sin un empleo, porque al principio salieron muchos que me iban ayudar para el trabajo, pero al final las puertas las cerraron”, dijo Ulloa.
David, Dinora Esmeralda y Patricia Gabriela, todos de apellido Ulloa, son los hijos de Justiniano quienes tuvieron que luchar junto a su padre para que la familia se mantuviera unida a pesar de que uno de sus miembros faltara.
Pero este proceso no fue nada fácil según explicó el padre pues tuvo que tomar ambos roles, el suyo, pero también el de su esposa fallecida, “me gustaba lavarle sus camisitas del uniformé a mano, siempre me gustó verlos bien planchaditos y con su camisa blanca, para que así ellos se fueron acostumbrando a la rutina de levantarse temprano e ir a estudiar”, comentó Ulloa.

Mientras trataban de recuperarse de tan fatal pérdida el padre, profesor de profesión, necesitaba un trabajo pues se había quedado sin empleo para mantener a sus hijos y decidió iniciar la búsqueda por medio de un amigo en el Centro Escolar caserío Las Limas, en el municipio de Alegría Usulután.
Ulloa relató que mientras los demás querían quedar en el puesto por influencias, él quedó por su capacidad y desde entonces 15 años más tarde sigue laborando en la referida escuela.
Gabriela su hija menor comentó entre risas algunas anécdotas de su padre en esta travesía de ser profesional, viudo y sobre todo padre y pilar de esta familia.
“Una vez mi papá estaba dormido en la sala y yo sin que se diera cuenta agarré la rasuradora y comencé a cortarle los pelos del pecho, cuando el reaccionó yo estaba encima de él y ya tenía unas partes con pelo y otras sin pelos”, recordó la traviesa niña que ahora es una profesional de las comunicaciones.
Para Dinora su segunda hija, Justiniano ha sido un pilar importante para su formación, “siempre he dicho que me tocó uno de los buenos, nunca nos ha dejado solos, siempre nos cuidó y ahora los tres estamos graduados y cada quien alzando vuelo a cómo puede”

Dinora señaló que su padre siempre les ha respaldado en sus proyectos y los anima para hacerlo, por tal razón “no espero menos de otras personas, porque siempre tuve a alguien que me cuida, que me aconseje, que me respalde y que me forje el carácter”, dijo con admiración la profesional en ciencias jurídicas.
Ahora el padre se siente orgulloso de lo que ha logrado, tres hijos que ahora son profesionales, su hijo mayor David licenciado en inglés que ya ha formado su propia familia y quien tiene un hijo, el cual es la alegría de la casa.
El esfuerzo que realizó el padre aseguró que ha valido la pena cada segundo, pues ahora ve a sus hijos como un proyecto exitoso en su vida, honrando con ello a su esposa que cree estaría feliz de ver que hizo un gran trabajo con sus hijos, plan que soñaron completar juntos al inicio de sus vidas juntos.
Enhorabuena amigo David.