Autora: Yamileth Gómez

Aracely y Rosa Chávez son las hermanas que llevan una vida en el oficio; la idea surgió por la necesidad económica de la familia. 

Veinte años de han pasado desde que las gemelas Aracely y Rosa Chávez, decidieran por poner su propio negocio para poder sufragar los gastos económicos de su familia.  

Aracely y Rosa son originarias de la ciudad de Chinameca, tierra que, según ellas, es de gente trabajadora; su puesto de venta de tortillas se ubica en la colonia Santa Cecilia, mismo al que con sacrifico han mantenido para poder subsistir. 

Ellas provienen de una familia trabajadora, humilde y crecieron con lo necesario, donde siempre se les inculcó valores por parte de sus padres. Al crecer sus hermanos mayores quienes ya trabajaban les brindaban apoyo económico, fue Rosa quien bajo este apoyo sacó su bachillerato opción secretariado, graduándose en 1988.  

Fotografía: Yamileth Gómez.

Años después en el 2001 a sus 38 años Aracely decide iniciar con su negocio en su propia casa, como una fuente de ingresos para ella y sus dos hijos, poniendo en práctica lo que les habían enseñado su madre desde muy temprana edad, el hacer tortillas. 

Rosa su hermana siempre ha sido su mano derecha en este proyecto, tanto que con el paso de los años se han turnado los días para que ambas obtuvieran ingresos. 

«Yo hago tortillas de lunes a viernes y Rosa trabaja los fines de semana», explicó Aracely. 

Sus días inician con un horario establecido para poder completar la labor diaria y no dejar sin tortillas a sus clientes. 

“Es cansado, todos los días me levanto a las 4:00 de la mañana para cocer el maíz, pero eso es solo el inicio, hay que trabajar más” manifestó Aracely. 

Cada día ponen a cocer al fuego 40 libras de maíz, las cuales posteriormente se llevan al molino para comenzar a hacer las tortillas, ambas palmean la masa para cumplir con la demanda. 

Fotografía: Yamileth Gómez.

Luego comienza la tarea de sacar todos los pedidos de los clientes que ya conocen, y que han adquirido con el tiempo, también llegan a comprar personas que han escuchado de la tortillería.  

Así poco a poco se han ganado la confianza y cariño de muchas personas dentro y fuera de la colonia, las personas les compran saben de la calidad de sus tortillas y de la amabilidad que les brindan.  

Las gemelas hacen entregas a domicilio pues una sobrina les ayuda a repartir.  

El servicio incluye también dejar producto al crédito si así lo solicitan, pues reconocen que a muchos se les hace complejo la vida diaria y buscan desde su solidaridad poder a poyar a otros.  

“Les mando las tortillas a los clientes de confianza y ellas después me las pagan”, dijo la tortillera que asegura gracias a este negocio han podido salir adelante como familia. 

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