El exfutbolista salvadoreño, oriundo de San Miguel siempre se caracterizó por la garra y entrega que mostró dentro de los terrenos de juegos, en sus días de gloria como jugador del deporte rey.
Siempre fue una promesa del futbol que anhelaba con ser descubierto, pues la pasión por el futbol era ferviente mediante pasaban los días y el aprendía más a como dominar el balón.
“En mi niñez me crie jugando en la calle, en quebradas, con balones MIKASA pesados, nada comparado al fútbol de ahora, comencé profesionalmente a los 14 años en el Saprivas como juvenil”, recordó el exfutbolista.
Al dejarse ver en el campo fue rápidamente identificado por su primer profesor, ese que le dio el voto de confianza para incorporarlo a un equipo de primera división en ese entonces.
“A mi me da la oportunidad el profesor Mario Martínez, que al ver mi talento decide llevarme al Atlético Balboa de la ciudad de La Unión, donde gracias a Dios termine como goleador”, expresó Castillo.
Su trayectoria en el Balboa no fue desapercibida, ya que luego de mostrar buenos dotes como futbolista profesional, el Municipal Limeño contrató los servicios de Castillo, para la temporada 93 donde terminó como goleador de torneo, y seguidamente en la temporada 94 y 95.
Las personas que tuvieron la oportunidad de ver a Germin en primera División, argumentan que fue un tipo con un olfato goleador tremendo, ya que siempre estaba bien colocado y buscaba el gol a como diera lugar.
“Yo lo mire jugar, en la temporada 94, se movía muy bien en el área, tenía buena pegada y siempre ponía en aprietos a cualquier defensor, tenía mucho valor para encarar a cualquiera”, comentó Rubén Valladares.
Al finalizar su trayectoria con Municipal Limeño en Primera división en la temporada 95, Castillo vuelve a la liga de ascenso, (segunda división) esta vez para jugar con Pasaquina, donde estaría algunas temporadas.
Luego el Club Deportivo Dragón hace el llamado al experimentado delantero para que vuelva a primera división, esta vez vistiendo los colores de la cuadra verdolaga, para la temporada 97, donde seguidamente dio sus servicios hasta 1999, cuando decide colgar sus tacos como futbolista profesional.

Su transformación como profesor
Al terminar su carrera como futbolista, Germin Castillo comenzó su aventura como formador de talentos, haciéndose cargo de las escuelas de fútbol de la alcaldía Municipal, donde formó a muchos jóvenes que ahora en día juegan en ligas profesionales del fútbol salvadoreño.
“El consejo más grande que yo le doy a un jugador es que no pierda la humildad, ahora en día el jugador tiene que dar un alto rendimiento, ya que se le dan muchas facilidades, la gente paga para ver un buen espectáculo en los estadios”, afirmó castillo.
Como todo exfutbolista los ratos libres Castillo los aprovecha para jugar fútbol aficionado, (papi fútbol), donde aún prevalece ese delantero que con goles enamoró a muchos aficionados en el redondo nacional.
“Se le mira en el papi jugando; como dicen nunca pierde el toque y esas ganas de meter goles”, comentó Juan López, uno de los aficionados que le sigue.
Muchos aficionados que conocieron la carrera de Castillo espera que en algún momento se vuelva a tener este tipo de jugadores en El Salvador, con humildad y guerreros en cada partido, como fue Germin Castillo.