El odontólogo lleva 14 años de carrera, tres de ellos los ha compartido con los residentes de San Buenaventura.
Jhony Martínez Salmerón es un destacado odontólogo de 45 años, originario de San Salvador y que posee el don de curar el dolor dental y dibujar sonrisas perfectas en las personas.
Desde hace tres años justamente trabaja mejorando las sonrisas de los residentes de San Buenaventura, cómo médico odontólogo de la unidad de salud de la localidad.
El médico odontólogo se graduó en cirugía dental en la Universidad Salvadoreña Alberto Masferrer en el año 2007, tiene una maestría en Salud Pública en la Universidad Nacional, un diplomado teórico clínico de operatoria y odontología estética en la Universidad Evangélica de El Salvador, lo que la ha dado un amplio bagaje en el área.

Martínez realizó su año social en el municipio de San Alejo en el departamento de La Unión hace 14 años, donde comenzó su experiencia y pasión por ayudar a los demás en un tema tan sensible como es el caso de la salud dental.
Actualmente el doctor es recurso único de odontología en la unidad de salud de San Buenaventura donde todos los días recibe a decenas de pacientes de las distintas comunidades; también visita periódicamente zonas de difícil acceso con el afán de acercar la salud, sobre todo atendiendo a niños.
“Cuando a uno le apasiona algo se le facilita todo, realmente es gratificante darle un servicio a las personas que lo solicitan” mencionó el médico.
Pero su pasión por la odontología no es la única, también mantiene su pasión por el atletismo. A los 10 años inició su formación física, participó en competencias nacionales e internacionales con la selección nacional de atletismo logró correr 400 metros vallas y en Nicaragua 800 metros planos trail runners; su pasión por la práctica del deporte es una de sus rutinas diarias y motiva a otros compañeros a hacerlo.

Diariamente su práctica inicia las 4:30 de la mañana con un poco de lectura, luego a las 5:00 corre 10 kilómetros, solo descansa los domingos, entra a su trabajo a las 7:30 de la mañana en la unidad de salud, y a partir de las 4:00 de la tarde atiende en su clínica privada.
Mencionó que lo bonito de su carrera es ayudarle a los pacientes a calmar su dolor, ayudar a levantar la autoestima mediante la profesión que ejerce, y que el ejercicio es la mejor manera de autoayudarse para mantener el equilibrio en la salud personal.
Desde el seis de julio de 1995 por decreto legislativo se reconoce el 29 de septiembre como el día del odontólogo salvadoreño, a manera de destacar el merito de tan valiosa labor en la salud de los ciudadanos.
Es un orgullo, un ejemplo de hombre trabajador, una persona humilde y con un gran corazón, lleno de compasión, ese es uno de mis hermanos y me siento feliz de verte crecer en tu profesión. Felicidades y que Dios te siga bendiciendo siempre. Tu familia te amamos con todas nuestras fuerzas.