La artista descubrió su gusto por la literatura a sus 12 años de la mano de Quiroga, Allan Poe y Alfredo Espino.
Lourdes María Ferrufino Romero, es una joven poeta salvadoreña de 29 años, originaria de Santa Rosa de Lima, La Unión, quien a través de la lírica expresa sus emociones en temas de corte feminista y de interés social.
Para ella, ese interés por la poesía surge a través de la lectura, ya que desde pequeña mientras cursaba tercer ciclo, conoció por medio de los libros a Horacio Quiroga, Edgar Allan Poe y Alfredo Espino, este último su mayor inspiración y motivación para escribir sus propios poemas luego de leer «Jícaras Tristes».
«También conocí a otros escritores por medio de una pequeña biblioteca que tenia una tía materna en casa de mis abuelos, ahí encontré Luz Negra de Álvaro Menen Desleal, y ahí es donde comienza mi primera aproximación a la creación literaria. Tendría unos doce o trece años cuando hice pequeños intentos de poemas tratando de imitar a Espino, algunos de ellos se los regalé a un primo para que se los diera a sus novias’’, expresó la escritora.
Ferrufino, también comentó que mientras estaba en bachillerato tuvo menos espacio para escribir, ya que en ese entonces le gustaba más el dibujo.
Con el tiempo, el interés por escribir poesía con más formalidad surge tras ingresar a la Universidad de El Salvador (UES) a estudiar una Licenciatura en Letras.
“En primer año, pude publicar un par de textos en revistas universitarias como Pluma Roja y más tarde en Caracol y Laberinto”, comentó la poeta.
Su carrera como escritora apenas comenzaba y mientras se descubría en el área, también conoció a otros estudiantes que compartían su misma pasión por la poesía. Al darse cuenta de que la universidad no contaba con un espacio para que ella y los demás estudiantes se reunieran a leer sus textos, o escuchar comentarios acerca de sus escritos, decidieron acercarse a las autoridades correspondientes dentro de la universidad para que se abriera el «Taller Literario Zarza’’, ya que en ese entonces estaba pausado.
«El licenciado Mario Sol, y la licenciada Claudia Salamanca aceptaron nuestra solicitud, las sesiones del Taller Literario Zarza iniciaron allá por el 2013, y aunque se logró lo que se había solicitado, con el tiempo ya no pude asistir, ya que comencé a trabajar en solitario. Hasta la fecha sigo trabajando sola, pero podría decir que así suele ser la creación artística’’, sostuvo la también docente.
En 2015, en su último año de Universidad, la joven escritora participó en el certamen literario «La Flauta de Los Pétalos’’, en donde obtuvo segundo lugar en la rama de poesía. El evento fue organizado por el Centro de Estudios de Género de la UES, sede central.
Tras ese triunfo, Ferrufino logró tomar el impulso que necesitaba para seguir escribiendo y publicó un par de poemas en el suplemento Tres Mil del diario Colatino, siendo estos los medios que le permitieron ser reconocida en la capital y poder seguir participando en lecturas poéticas y conversatorios.

Su obra Sahumerio
«Sahumerio nació en el contexto de la pandemia, mi idea era escribir un libro que hablara sobre la transición a la adultez’’, dijo la poeta.
El libro se titula Sahumerio, porque hay personas que cuando habitan un lugar por primera vez, lo hacen encendiendo sahumerios, que son manojos de hiervas, flores y esencias; seguidamente recorren la casa pronunciando oraciones para procurar que ese espacio se llene de paz y bienestar. En cuanto a los poemas, el libro está escrito en verso libre y según la autora hay unos cuantos poemas que están dedicados a su madre y algunas artistas y académicas a las que admira mucho.
«Mis poemas en este libro serían mis oraciones para agradecer y bendecir mi nueva casa, al lado de mi esposo, y a su vez, representar ese temor al iniciar una etapa diferente’’, agregó la escritora.
Confesó que en su libro por razones de tiempo y coyuntura no logró abarcar lo suficiente el tema que representa el hecho de dejar la casa de tus padres y habitar una nueva, asumiendo las responsabilidades de adulto.
«Sostengo que me hubiese gustado tener más tiempo para escribir y explorar ese tema con mayor profundidad, creo que las condiciones no fueron las ideales, y que la sensación de incertidumbre que en general sentía todo el mundo, no daba espacio a poder solamente dedicarme a crear’’, dijo Romero, puesto que el libro fue escrito en el momento más critico de la pandemia.
Además, agregó que hubo meses en donde su frustración le hacia sentir que desaprovechaba la oportunidad que tenía de escribir un libro, pero que al final no todo fue negativo, pues está conforme con todo lo que presentó en el libro y lo ve como un reto para en un futuro crear algo mejor y seguir aprendiendo en el proceso.

La docencia su segunda pasión
Ferrufino además de dedicarse a la poesía, también se dedica a la docencia en la Universidad Gerardo Barrios (UGB) desde hace varios años.
“Trabajo con Profesorado en Lenguaje y Literatura, pero también he impartido asignaturas a Licenciatura en Ingles, Técnico Bilingüe y Comunicaciones’’, mencionó la docente.
Para ella, impartir ciertas materias como: «Producción Textual I-II y Recepción Textual», son áreas que disfruta mucho, ya que le exigen preparación y estrategias para incentivar a sus estudiantes a que escriban sus propios textos.
El futuro de una poeta
En los planes que posee está escribir un libro que le permita explorar más el tema de las casas, las mudanzas y las transiciones a nuevos espacios. También le gustaría seguir con la gestión cultural.
‘’Espero que en un futuro pueda viajar ya sea a lecturas o a charlas fuera del país. En cuanto a mi trabajo, ojalá que en algún momento volvamos realizar actividades literarias presenciales en la universidad y poder incluir a los jóvenes’’, relató la poeta.
La autora de «Sahumerio» ha llevado sus textos y pasión a diferentes partes del país, permitiéndole mostrar sus pensamientos en diferentes temas, como lo fue en 2018, cuando asistió a un Coloquio literario organizado por el poeta Otoniel Guevara en San Salvador, con el tema «La poesía en tiempos de redes sociales». Debido a la pandemia, la participación ha tenido que volverse virtual, pero nada le ha impedido expresarse a través de la lírica y de incentivar a los jóvenes a desarrollar alguna actividad artística o cultura