Entre las medidas estuvieron toma de temperatura, uso de alcohol gel y tenían una hora para poder visitar las tumbas.

Desde tempranas horas del 10 de mayo los migueleños se acercaron al cementerio general de San Miguel, con el afán de brindar un momento a sus madres que ya partieron de esta tierra.

Para poder ingresar al camposanto, los ciudadanos debieron cumplir con algunos requerimientos, pues no podían pasar por alto que la pandemia permanece circulando en el país, por ello las autoridades municipales implementaron un protocolo de bioseguridad que permitiera resguardar a los visitantes.  

A las puertas del cementerio había personal chequeando la temperatura, exigían el uso de mascarillas; además les indicaban que tenían una hora para visitar, limpiar y enflorar a sus familiares, eso para poder dar cabida a que todos los asistentes tuvieran la oportunidad de ingresar al camposanto.

Anunciaron además que a partir de las 2:00 de la tarde el ingreso se iba a cerrar y que por ello debían acelerar el paso en horas de la mañana.

A diferencia de otros años, no hubo ingreso de vendedores ambulantes y procuraron que el cementerio no luciera abarrotado como suele ocurrir en temporadas normales.

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