A sus 78 años sigue trabajando diariamente ocho horas diarias para llevar el sustento a su hogar.
Carmelo Umanzor Bonilla de 78 años, es un hombre de estatura pequeña y su piel evidencia los años de trabajo arduo que le ha tocado pasar. Pero a diferencia de lo que se podría esperar, el septuagenario no está descansando y disfrutando su vejez, sino trabajando como lo ha hecho toda su vida, pues la necesidad lo obliga.
Cada día trabaja ocho horas diarias dando brillo al calzado de los unionense, su lugar trabajo es el parque central de la ciudad.
“Comienzo a trabajar según sea el trabajo que haya ese día, si hay clientes comienzo desde las 8:00 de la mañana, pero siempre estoy desde esa hora esperando personas que quieran lustrar sus zapatos”, dijo don Carmelo.
Nació en el municipio de Santa Rosa de Lima, ciudad donde aprendió el oficio desde sus 11 años. Además de trabajar como lustrador de zapatos también aprendió a cultivar las tierras y producir sus propios granos básicos. Actualmente reside en el Barrio el Centro, La Unión junto a su esposa.

Don Carmelo relató que antes de llegar al parque se despierta a las 4:00 de la mañana para trabajar un rato en la siembra de una parcela de milpa, pues el invierno ya se acerca y quiere aprovechar el buen tiempo para sacar sus granos.
“Hoy que ya va a llover estoy sembrando una milpa para que eso me ayude también a llevar mi sustento”, aseguró el septuagenario.
El lustrador lleva trabajando más de 30 años en esa labor y aseguró que es la forma de ganarse dignamente la vida, aunque confiesa que no todos los días hay clientes a los que pueda ofrecer sus servicios.
El longevo aseguró que no tienen ayuda económica de ningún familiar y que la situación cada vez más dura en el país le hace trabajar en el ocaso de su vida.
Las personas que demandan sus servicios comentaron que don Carmelo es una persona admirable y que a pesar de sus años sigue trabajando arduamente para llevar el sustento a su hogar.