La ceremonia se llevó a cabo en la cima del Cerro de los Chompipes, un lugar sagrado para los antepasados Lencas.
El día de la cruz es una celebración que se hace desde tiempos antiguos, en el municipio de Lolotique la iglesia católica organiza nueve rogativas en todas las comunidades para pedir al padre madre eterno de la vida, que mande la lluvia para tener un buen invierno y tener buenas cosechas de frutas y granos básicos.
La última de las rogativas se realiza el día tres de mayo de cada año a las nueve de la mañana (día de la cruz) en el Cerro de los Chompipes, lugar sagrado para los antepasados Lencas.
‘‘La parroquia tiene 24 comunidades de todas han venido personas este día para unirse a esta celebración, nos encontramos en el Cerro de los Chompipes, un lugar sagrado para nuestros antepasados Lencas, donde cada año se celebran diversas ceremonias sagradas, este día se celebra el día de la cruz”, expresó el padre Amílcar Portillo, Vicario Parroquial de Lolotique.

Agregó que para cerrar las actividades tuvieron la preparación del fuego sagrado, impartieron un tema, hicieron oraciones a los cuatro puntos cardinales, “se ha tenido la presencia del padre eterno, patrono de nuestra parroquia Santísima Trinidad Lolotique’’, sostuvo el sacerdote.
Durante la ceremonia se hacen algunos ritos, se prepara el altar y el fuego sagrado, la banda parroquial ejecuta algunos sones propios de Lolotique, las personas danzan y realizan oraciones al padre eterno de la vida a los cuatro puntos cardinales; así mismo, se dan las gracias a la madre tierra por todos los alimentos que brinda durante el año.
‘‘Nosotros cada tres de mayo y doce de octubre de cada año nos acercamos al cerro para darle gracias a Dios por la vida, como dice el libro de Ezequiel por medio de la zarza ardiente Dios nos purificó, así que por medio del fuego sagrado nosotros podemos acercarnos más a Dios’’, comentó Kevin Guevara, miembro de la iglesia.
Lolotique es un pueblo de origen Lenca, por lo que los ritos forman parte de la identidad cultural Lolotiquense.
Durante la ceremonia se realizó un ritual que consiste en enterrar una ofrenda de granos básicos, frutas y alimentos que las personas llevan voluntariamente, esos alimentos se entierran en un agujero que se hace en la tierra.

‘‘El objetivo de enterrar las ofrendas que las personas han traído es agradecerle a la madre tierra, darle de lo que ella nos ha dado pues son frutos de la tierra y se hace con la intención de ofrendar; en nuestra cultura la ofrenda es muy importante’’, sostuvo el padre Portillo.
Kevin Guevara comentó que el año pasado debido a la pandemia de Covid 19 no se pudo realizar la celebración como se acostumbra, pero que “este año gracias a que Dios nos ha mantenido sanos y con vida, se pudo llevar a cabo esta ceremonia”, sostuvo.
Guevara invitó a todos los jóvenes que participen de las actividades que la iglesia católica realiza, pues los ancianos poco a poco se van yendo de este mundo y heredan a los jóvenes muchos ritos, cultura y tradiciones para mantener viva la riqueza cultural Lolotiquense.