El norte de Mozambique ha presenciado la decapitación de niños, más de mil 300 muertes y 670 mil desplazamientos.
El conflicto yihadista que afecta al norte de Mozambique desde octubre del 2017 comenzó con el ataque a dos comisarias en Mocimboa da Praia, esta inseguridad se asocia con ataques indiscriminados contra civiles perpetrados por mercenarios sudafricanos.
De acuerdo con el Proyecto de Datos sobre Localización y Sucesos de Conflictos Armados (ACLED), al menos 2 mil 614 personas han perdido la vida en este conflicto, entre ellas mil 312 civiles.
Este martes la ONG Save The Childre, recibió denuncias de familias afectadas donde niños de tan solo 11 años están siendo decapitados. Además de quemar sus casas.
«Intentamos escapar al bosque, pero se llevaron a mi hijo mayor y lo decapitaron. No pudimos hacer nada porque también nos matarían a nosotros», relató a Save The Children una madre de cuatro niños, sobre el día en que insurgentes atacaron su pueblo en la provincia de Cabo Delgado. Cerca de 670 mil personas han sido desplazadas y la mayoría ha llegado hasta Pemba, capital de la provincia de Cabo Delgado en busca de refugio, donde cuentan las penurias que han vivido en el camino, como hambre, pérdidas de sus hijos y bienes materiales.
Chance Briggs, director de ONG Save The Children, en Monzambique mencionó en un comunicado que esta violencia debe detenerse y las familias desplazadas deben recibir apoyo para recuperarse del trauma que han tenido que soportar.
La región se asocia con una zona rica en piedras preciosas como Rubies, además posee gas natural, de cuya extracción participan grandes multinacionales como la italiana ENI o la estadounidense Anadarko.
Las familias han tenido que desplazarse por la ola de inseguridad que se vive constantemente, por un grupo apodado por la población local como, Al Shabab, el cual tiene lazos con el Estado Islámico.